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Multi-cuentas en la banca digital: riesgos, KYC y antifraude

Multi-cuentas en la banca digital: riesgos, KYC y antifraude

Los bancos digitales dejaron de ser “solo una tendencia” hace mucho tiempo: se han convertido en la nueva realidad del mundo financiero. Estas instituciones ofrecen una comodidad sin precedentes: acceso 24/7 a las cuentas, pagos instantáneos y aplicaciones móviles intuitivas.

El ritmo de la digitalización crece. Y la tendencia es irreversible. La facilidad de registro y las transferencias instantáneas atraen a millones de nuevos usuarios. Esa simplicidad provoca otro efecto: el aumento del número de cuentas. Algunos clientes crean varias cuentas por desconocimiento, otros por los бонус (bonificaciones), y otros intentan conscientemente saltarse las reglas. El objetivo es maximizar el beneficio de promociones, cashback y bonos de bienvenida.

Donde hay una oportunidad de obtener ganancias, aparecen los abusos. El uso de múltiples cuentas pasa de ser una comodidad para el cliente a convertirse en un dolor de cabeza para los bancos y en un riesgo serio para el sistema financiero. Los bancos digitales se enfrentan a la necesidad de equilibrar la orientación al cliente con la protección de sus propios intereses. Esto requiere implementar sistemas complejos de monitoreo y verificación (KYC, como uno de los ejemplos).

Hoy analizaremos esta confrontación desde todos los ángulos, prestando atención tanto a los aspectos técnicos como a los éticos del problema.

¿Qué son los bancos digitales?

Los bancos digitales son organizaciones financieras que operan predominantemente o completamente en línea. Funcionan sin infraestructura física, lo que reduce costos y les permite ofrecer servicios más rápido que los actores tradicionales.

Su papel clave es simplificar el acceso a los servicios bancarios. Todo se vuelve más cercano, más simple y más transparente. El crecimiento de los bancos digitales ha creado un entorno único en el que registrar una cuenta toma solo unos minutos y requiere un mínimo de documentos. Esto impulsa a los usuarios a abrir cuentas adicionales para diferentes задач (tareas/objetivos).

Pero la simplicidad siempre tiene un reverso.

El costo oculto de múltiples cuentas

El problema es más profundo de lo que parece a primera vista. Para un usuario común de un banco digital, tener múltiples cuentas puede parecer una forma inofensiva de recibir el doble de bonificación. Pero para la institución financiera, es una amenaza sistémica.

  • Aumento de los costos de marketing
    Los bancos gastan sumas enormes para adquirir un solo cliente (Cost Per Action). Cuando una persona registra diez cuentas por un bono de bienvenida, el banco digital quema presupuesto en vano. La efectividad de las campañas publicitarias cae. No existe lealtad real del cliente.
    Solo hay pérdidas, que a escala de un gran fintech se miden en millones de dólares.

  • Evaluación errónea de los KPI y otros indicadores de rendimiento
    La dirección se basa en datos de crecimiento de la audiencia. Si el 20% de la base son “almas muertas” o duplicados, toda la analítica se va a la basura. Los datos sobre el alcance real quedan distorsionados. Es imposible construir una estrategia de desarrollo con cifras falsas. Esto conduce a una valoración incorrecta de la empresa y a decisiones de inversión equivocadas.

  • Incumplimientos relacionados con KYC y AML
    Aquí las apuestas suben. La verificación KYC (Know Your Customer) y AML (Anti-Money Laundering) no es un capricho del banco, sino un requisito legal. El banco no puede identificar correctamente al cliente ni rastrear el origen de sus fondos. Si el regulador descubre que el banco digital no detectó el uso de múltiples cuentas y dejó pasar una red de “mulas”/identidades prestadas, las multas pueden ser devastadoras, incluso hasta la retirada de la licencia.

  • Mayor complejidad del monitoreo
    Cada cuenta nueva supone carga para servidores y soporte. Cuantas más cuentas relacionadas entre sí, más recursos se requieren para rastrear operaciones y analizar riesgos. Los bancos deben contratar especialistas adicionales e implementar sistemas de software costosos.

  • Riesgos de fraude crediticio
    La categoría más peligrosa es el llamado “bust-out fraud”. Las cuentas creadas para bonos de referidos suelen usarse para sobregiros, solicitudes de crédito o retiros de efectivo sin intención de devolver la deuda.
    El nivel de impagos crece. A largo plazo, esto golpea la estabilidad financiera de los propios bancos. Y, como consecuencia, a los clientes honestos mediante el aumento de tasas y comisiones.

¿Por qué los bancos digitales monitorean las cuentas?

El monitoreo de cuentas no es un capricho de los bancos, sino una medida necesaria de seguridad. Cada aspecto de este proceso está orientado a proteger a todos los participantes del sistema financiero.

  • Seguridad en internet y prevención del fraude
    Detectar patrones sospechosos de comportamiento permite prevenir pérdidas financieras. Los bancos analizan transacciones en tiempo real para descubrir esquemas fraudulentos. Identificar multi-cuentas vinculadas ayuda a detener lavado de dinero, carding y pirámides financieras. Una red detectada puede evitar pérdidas de millones.

  • Cumplimiento de la legislación
    Los requisitos regulatorios se vuelven más estrictos cada año. KYC/AML obliga a los bancos digitales a conocer a sus clientes, prevenir retiros/“cash-out” y operaciones ficticias. Ignorar las multi-cuentas se equipara por los reguladores a complicidad con delitos financieros. El incumplimiento lleva a multas y sanciones. Para los bancos, es cuestión de supervivencia.

  • Mantener la reputación y gestionar riesgos
    El estatus de una institución financiera es su principal activo. Un banco envuelto en escándalos de lavado pierde socios y grandes clientes. Los riesgos reputacionales pueden ser fatales.
    La gestión de riesgos incluye prever y minimizar amenazas potenciales. El monitoreo de cuentas es un elemento clave de esa estrategia.

  • Mejorar el servicio al cliente y la experiencia de usuario
    Suena paradójico, pero la vigilancia ayuda a los buenos clientes. Al detectar fraudes, el banco protege los fondos de clientes legítimos. Además, comprender el comportamiento real permite personalizar servicios y ofrecer productos relevantes.
    Una segmentación correcta y la identificación de necesidades reales son imposibles si hay cuentas “basura”. El monitoreo no es solo seguridad: también es calidad del ecosistema.

Cómo los bancos encuentran agujas en un pajar: metodología de seguimiento

Los bancos digitales modernos no confían en la suerte. Utilizan tecnologías potentes y analítica de big data para detectar vínculos. El machine learning ayuda a encontrar regularidades, relaciones entre cuentas y dependencias ocultas. Se usan tanto señales individuales como modelos multidimensionales que combinan decenas de parámetros. Los sistemas antifraude aprenden de cada incidente y los bancos digitales adaptan constantemente sus estrategias de protección.

Veamos los métodos principales que usan las fintech.

  • Análisis de direcciones de correo electrónico
    El filtro más simple. Los bancos mantienen listas negras de dominios de correo temporal.
    Si el email fue registrado ayer o aparece en bases de proveedores comprometidos, es una “bandera roja”. También se analiza la sintaxis: patrones como ivan1, ivan2, ivan3 se detectan al instante.
    Usar correos temporales o de un solo uso (como los de servicios tipo Guerrilla Mail o TempMail) es una señal clásica de no querer dejar rastro. Los sistemas marcan esas cuentas para una atención especial.

  • Análisis de transacciones y patrones de comportamiento
    Importa no solo quién es el cliente, sino cómo actúa.

El machine learning ayuda a detectar anomalías respecto del comportamiento habitual. Operaciones repetitivas, patrones idénticos o acciones sincronizadas de varias cuentas son motivo de revisión.

  • Identificación por dirección IP

Un clásico que todavía funciona.
IPs coincidentes, inicios de sesión desde las mismas subredes y proxies sospechosos son señales que permiten vincular cuentas entre sí.

  • Verificación de huellas digitales (Fingerprint)

Es una recopilación compleja de datos del dispositivo y del navegador: versión del sistema operativo, resolución de pantalla, fuentes instaladas, zona horaria, idioma del sistema. La unicidad de esta huella puede alcanzar el 99%. Cambiar de navegador no cambia el “hardware”, y el banco lo verá. La coincidencia de huellas entre cuentas distintas es una clara bandera roja.

  • Análisis y comparación de datos personales y comportamiento de usuarios

La verificación biométrica se está volviendo estándar en la banca digital. El escaneo facial o de huellas dactilares es difícil de falsificar.

La velocidad de escritura y la forma de interactuar con la interfaz se analizan para confirmar la identidad. Las redes neuronales pueden reconocerte por tu manera de hacer scroll en el smartphone.

Y esto es solo parte del arsenal. Geolocalización (GPS), análisis de la lista de contactos (si se otorgó acceso), cruce con datos de redes sociales y registros abiertos. Incluso las cookies que “olvidaste” borrar pueden delatar todo un conjunto de multi-cuentas.

El lado oscuro de la vigilancia: problemas y desafíos

El monitoreo activo crea sus propios dilemas éticos. El equilibrio entre seguridad y privacidad es una de las cuestiones más difíciles de la banca digital. La legislación en este ámbito evoluciona constantemente, creando nuevos desafíos para las instituciones financieras.

Normas como el GDPR en Europa o la 152-FZ en Rusia regulan estrictamente el procesamiento de datos personales. Los bancos digitales deben cumplir estas normas al recopilar y analizar información. La recolección y el procesamiento de datos personales deben tener un propósito legal concreto. El consentimiento del cliente debe ser informado y voluntario.

Un rastreo incorrecto o excesivamente agresivo provoca falsos positivos. Un cliente honesto puede ser bloqueado por coincidir en IP con un estafador o por usar VPN durante un viaje. Los falsos positivos (False Positives) hacen que se pierda una audiencia leal.

La confidencialidad de los datos es un riesgo enorme. Cuantos más datos recopila el banco, más atractivo resulta para los hackers. Una filtración de esa información puede causar un daño catastrófico.

Surgen cuestiones éticas al usar datos conductuales. ¿Dónde está la línea entre seguridad e invasión de la vida privada?

Igualmente peligrosa es la transferencia de datos a terceros. Socios de análisis, agencias de marketing: cada nuevo contacto aumenta la probabilidad de filtraciones o uso indebido.

También aparecen conflictos legales. ¿Qué pasa si las cuentas vinculadas pertenecen a distintos miembros de una misma familia que viven en la misma dirección? Si el banco bloquea esas cuentas creyendo que son multi-cuentas de una sola persona, eso puede derivar en una demanda.

El futuro del monitoreo: ¿qué nos espera?

Las tendencias y perspectivas de las tecnologías de seguimiento asustan y fascinan a la vez. La “carrera armamentista” entre sistemas antifraude y quienes buscan mantener el anonimato continuará. Tanto los métodos de control como las formas de eludirlos evolucionarán.

La IA se convertirá en la herramienta principal que unifica datos conductuales, técnicos y contextuales. Los bancos digitales reforzarán sus modelos de riesgo, añadirán nuevos parámetros y aumentarán la precisión de correlación de usuarios. Al mismo tiempo, la tendencia clave es el equilibrio entre control y comodidad. Los bancos no pueden convertir a cada cliente en sospechoso.

Lo más probable es que pasemos de contraseñas a biometría total. El reconocimiento de voz, la forma de caminar e incluso el latido cardíaco entrarán en la práctica estándar.

Las tecnologías blockchain pueden ofrecer nuevos enfoques para la verificación de identidad. Quizá en el futuro tengamos un pasaporte digital único verificado que controlemos nosotros mismos. Identidad digital descentralizada (Self-Sovereign Identity, SSI). Estos sistemas pueden aumentar la seguridad y la privacidad a la vez.

Los bancos invertirán en analítica predictiva. Los sistemas aprenderán no solo a encontrar vínculos, sino a predecir intentos de fraude en etapas muy tempranas, bloqueándolos antes de que ocurra la primera operación.

Conclusión: en busca del punto medio

El seguimiento de múltiples cuentas no es un capricho de los bancos: es una necesidad dura. Es la piedra angular de la seguridad de todo el ecosistema financiero digital. Sin ello, el sistema financiero se derrumbaría bajo una ola de fraude.

Sin embargo, este proceso no debe convertirse en vigilancia total. El principio clave del futuro es un enfoque equilibrado. Los bancos deben garantizar la seguridad sin olvidar el derecho del cliente a la confidencialidad y al buen nombre.

Los usuarios comunes también deben conocer los riesgos. Para no caer accidentalmente bajo medidas punitivas de los sistemas antifraude de la banca digital, es importante seguir reglas simples de seguridad.

El uso de un navegador antidetect puede ayudar a evitar falsos positivos de los sistemas de seguridad. Pero debe hacerse de manera responsable y consciente. Ten cuidado y no mezcles perfiles de diferentes servicios. Cada cuenta debe tener su propio entorno digital único.

Y, por supuesto, usa proxies de calidad. Recuerda: se necesitan para garantizar una conexión fiable y segura. Tu seguridad digital está en tus manos.

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